Ya ha empezado el 2023 y con él sus propósitos, comer más sano, hacer más deporte…Ante esta situación, tener una nueva cocina para realizar platos deliciosos y “fit”, nos puede proporcionar un extra de motivación en la cuesta de enero.
En este post, te vamos a dar las claves para tomar una de las decisiones más importantes a la hora de adentrarte en la reforma integral de tu cocina, ¿inducción o gas?
Ventajas e inconvenientes de la cocina de inducción
Gran eficiencia energética
Las placas de inducción cada vez están más instauradas en las cocinas españolas, esto se debe en gran parte, porque aprovechan prácticamente toda la energía que consumen al cocinar.
Este tipo de cocinas funcionan creando un campo electromagnético y actúan únicamente en la superficie metálica dónde se incluye el recipiente. Si este se separa, la cocina deja de generar calor, permaneciendo inactiva hasta que se detecta de nuevo otro en su superficie. De esta manera, se evita el gasto de energía innecesario, además, reduce el consumo al calentarse menos, generando un impacto ambiental mínimo.
El precio de la luz es elevado
Las cocinas de inducción funcionan con energía eléctrica, que es la energía más cara actualmente, pues el precio del kWh de la luz se ha incrementado un 67% en el último año. Esta subida del precio del kilovatio hora afecta directamente a los consumidores que tienen contratada la tarifa PVPC, ya que son los más expuestos a la volatilidad del mercado.
Por tanto, es recomendable optar por el mercado libre, dónde encontramos múltiples comercializadoras y ofertas. Dejarse asesorar por un experto energético, nos ayudará a encontrar la tarifa de luz más barata según nuestros hábitos de consumo, siendo la mejor opción aquellas de precio fijo. Estas te permiten hacer uso de la cocina a la hora que necesites y proporcionan mayor tranquilidad al no subir su precio aunque el mercado de la luz siga al alza.
Ventajas e inconvenientes de la cocina de gas natural
El gas natural conserva los alimentos y es más económico
Las cocinas de gas natural te permiten controlar con precisión la temperatura de la llama sin perder energía innecesaria, y según los expertos culinarios, esto se traduce en un resultado óptimo en las recetas. Al proporcionar calor directamente y de forma constante, permite adecuar la cocción y conservar mejor las vitaminas y proteínas de los alimentos
Estas placas son más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente que las eléctricas y las de butano o propano. Esta eficiencia energética se traduce en un ahorro sustancial en las facturas de energía a final de mes, pues además de consumir menos que las placas eléctricas y no malgastar calor residual, el precio del kWh del gas natural es considerablemente menor que el de la luz.
Además, dar de alta el gas es una gestión muy sencilla si nuestro inmueble no dispone de este suministro, simplemente nos tendremos que dirigir a la comercializadora, escoger la tarifa que deseemos contratar y en un plazo de 5 a 7 días, un técnico autorizado nos instalará el contador.
Son más difíciles de limpiar y se pueden producir fugas
A diferencia de las placas de inducción, dónde sólo existe una superficie plana, las cocinas de gas están compuestas por hornillas y otras piezas que pueden exigir más tiempo de limpieza. Además, estas cocinas poseen riesgo de generar fugas, aunque es un riesgo mínimo, es un inconveniente a tener en cuenta para poder evitarlo. Es necesario que la cocina esté muy bien ventilada y cumplir con las revisiones anuales de la caldera de gas.